Entre Cantabria y Asturias. 4 días para enamorarte + del norte. (Parte 1)

Autor: J. Gómez
Fotografías: J. Gómez
Instagram: jgomeznature

Antes de empezar, decir que si eres un apasionado/a de la montaña o te gusta andar por el campo, naturaleza y demás, este post te va a calar, y podría decir casi con seguridad absoluta que al visitar estos lugares y hacer estas actividades me darás la razón.

Aprovechando lo que queda del verano de 2019 decido pasar 4 días (ida 26. vuelta 31. días enteros aprovechables 27, 28, 29, 30) de visita entre Cantabria y Asturias. Y, aunque son terrenos desconocidos para mi, cuento con una ayuda especial. 

El viaje comienza el 26 de septiembre, por lo que este día no cuenta, ya que son 8 horas de viaje en tren hasta Santander desde Córdoba, más luego llegar a Solares (donde me hospedé). A partir de aquí comienza la aventura. Una aventura planificada para dar caña a las piernas, torso y pulmones, no obviamente dejando de lado algún día de relax y alguna que otra comida prohibida (risas).

Día 1: Ruta del Cares

Una de las cosas que estaba deseando hacer desde que practico las actividades de montaña, es visitar los Picos de Europa. Había oído hablar de su majestuosidad, de las nubes que se meten entres sus picos. Había visto fotos de centenares de picos y caminos entre aldeas, pero jamás había estado. Y obviamente seguiré flipando cuando vaya a Ordesa y Pirineos y haga picos y rutas más serias. Pues bien, la ruta del Cares comienza en el pueblo de Poncebos y llega hasta Caín (puede hacerse a la inversa). Su duración está datada según el parque de 3 horas (ida). En mi caso tardamos 3:30 la ida, 2:50 la vuelta (la hicimos entera. 23km). Estaba claro que me iba a parar a retratar aquello y contemplar ese fondo que parece de cartón pluma pintado, al igual que respirar el aire desde su altura. Por más datos que añadir a la ruta, decir que tiene su desnivel al principio, y que lo demás es "llano". Sus vistas, ya lo he repetido y veréis a continuación, espectaculares. Tanto en Poncebos como en Caín tenéis al final de la ruta unos puestos para parar y tomar algo o comer. Por la parte de Poncebos hay un restaurante al principio, cerca del aparcamiento. En Caín hay un puesto nada más terminar la ruta. El pueblo es muy pequeño y muy rápido de visitar. Por último, si deciros y haceros énfasis, la seguridad es primordial. La ruta del Cares es un camino que a día de hoy ha sido restringido a las BTT por varías caídas. Es un sendero que se va cómodo, pero cuidado con los despistes o con los selfies cerca del filo. Los mareos o los descuidos te pueden hacer irte al río, y no lo vas a querer. Sin más dilación, os dejo con las imágenes para que mis palabras tomen efecto.










Día 2. Mañana: Potes


Después de la impresionante ruta del Cares, nos levantamos el 2º día para visitar uno de los pueblos más bonitos de Cantabria, Potes. Este bello pueblo está situado en la comarca de Liebana, una zona que se caracteriza por albergar entre sus parques naturales al oso pardo. Una de las singularidades de Potes es, que para llegar hasta su ubicación tienes que pasar por el famoso desfiladero de la Hermida, donde también está una de las vías ferratas más famosas de Cantabria. Su arquitectura tampoco te dejará indiferente, ya que son casas de más años y construidas con piedra la impresión y visión es muy característica. Además, el paso del río Quiviesa por el centro del pueblo permite dar un paseo por su orilla asfaltada, dejando paso a través de los puentes a los viandantes. Igualmente, la ubicación del pueblo permite ver parte de los Picos de Europa, lo que quiere decir que está lleno de rutas que van hacia ellos y hacia otros enclaves naturales. Al ser también un pueblo con número de habitantes reducidos (1350 en 2018), ofrece una tranquilidad sin igual. Ah!, que no se te olvide tomar Orujo, es una bebida muy característica de este pueblo. Es más, Potes es fabricante de Orujo y da lugar a uno de los más famosos de toda España.








Día 2. Tarde: Funicular Fuente Dé

Una vez visto Potes con tranquilidad y disfrutado de su calma, nos cogemos el coche para dirigirnos hacia el funicular de Fuente Dé, que se encuentra no muy lejos del mismo pueblo (30 min exactamente). En la entrada del funicular hay un merendero donde poder llevarte la comida y hacer un pignic agradable. Un dato curioso de Fuente Dé es que dicho funicular te ahorra toda la subida a la parte superior de una de las caras de los Picos de Europa. Muchos senderistas cogen el teleférico para ahorrar energías y hacer las rutas que se encuentra en el remanso superior de la montaña. Dicho así suena a holgazanería, pero no lo es tanto cuando sabes la pendiente que tiene y las horas que son de subida. Dejando esto a un lado, comentar que si visitas Fuente Dé puedes encontrarte varias situaciones. Cuando nosotros llegamos, el día estaba despejado, pero a los 2 minutos de bajar del teleférico, las nubes empezaron a entrar, dejando todo el remanso superior envuelto en nubes. Aún así, es espectacular. Las dos situaciones están genial para ver los Picos despejados y vivir la nube arriba. Para terminar esta primera parte, darte el dato de que la entrada al funicular son 17€ (15€ para federad@s en montaña) ida y vuelta, dato que quizás te haga pensártelo, aunque no debería, puesto lo que vas a ver es algo sin igual. Pero, si es verdad que si está nublado y ves las fotos decidas dejarlo para un día más adecuado.

Antes de subir


Llegada



30 segundos después

Después. Abajo. Final



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